El día 12 de enero, los informativos nos dieron una terrible noticia, un terremoto de magnitud 7.0 había golpeado el oeste de Haití y sobre todo su capital, Puerto Príncipe. Este fue seguido por más de un centenar de réplicas y como hemos sabido a través de las noticias se trata del seísmo más grande y mortal de la historia de este país.
Desde ese día, todos los informativos y prensa escrita han dado prioridad a la información sobre la terrible situación en la que había quedado ese país y así hemos ido sabiendo como estaban: sin agua corriente, sin electricidad, sin teléfono, sin servicios públicos, sin alimentos, sin atención médica, el poder político atontado y los cadáveres amontonándose en fosas comunes o pudriéndose entre los escombros. Sin duda esta catástrofe lo que ha hecho es dar a conocer un país que antes del seísmo, la mayoría de sus ciudadanos estaban en las mismas condiciones: sin agua corriente, sin electricidad, sin teléfono, con unos servicios públicos deficitarios, sin alimentos, sin atención médica, con una elevada tasa de analfabetismo y un poder político ilusorio, con ese panorama Haití era un país sumido en una gran miseria antes del terremoto y ahora es un país miserable y destruido. “Está visto que si la mierda tuviera valor, los pobres nacerían sin culo.”
Afortunadamente ( si es que consiguen organizarlo y hacer que llegue la ayuda antes de que se mueran los que no han sido sepultados por el terremoto) todos los países, bueno, los llamados “ desarrollados”, con grandes puestas en escenas, con el sentimiento a flor de piel ( a punto de caérseles las lágrimas ) se han solidarizado con esos pobres desgraciados, y claro aprovechando el tirón de la desgracia, son muchos los que han salido a intentar hacerse la mejor foto …que eso puede ser muy rentable!
El alto precio que Haití tuvo que pagar a Francia para que fuera reconocida su independencia la sangró durante sesenta años que duró esa deuda que no fue más que un chantaje. Aunque lo que sin duda recordamos mejor es el periodo de terror impuesto a los haitianos por la familia Duvalier junto con la extorsión de varios centenares de millones de dólares, con la complicidad o al menos el desinterés de la “comunidad internacional” la misma que ahora se afana en una carrera, como si llegar los primeros, o en mayor número, o los mejores equipados al lugar del desastre fuera un signo de que son los más generosos.
Piden ayuda para Haití, en principio esa ayuda debería ser para sobrevivir, y reconstruir seguidamente pero también AYUDAR a construir una Haití capaz de sacar adelante a su pueblo, después de la compasión, es necesaria y esencial la solidaridad de todos porque de ella dependerá esa construcción, que duda cabe que no se podrá desplazar Haití de las placas tectónicas bajo las cuales se gestarán nuevos desastres, pero al menos se puede intentar paliar sus efectos.
2 comentarios:
¡Cuantos terremotos llevamos en los ultimos dos meses?
La tierra se cae de vieja. Tiene llagas por todas partes.
Sí, se cae de vieja pero sobre todo se derrumba por el mal trato que le hemos dado.
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