"LA CHICA QUE SOÑABA CON UNA CERILLA Y UN BIDÓN DE GASOLINA "


Esta segunda parte de Millennium, ha sido tan sorprendente como lo fue la primera, ya conocíamos parte de la historia de Lisbeth Salander, y de los esfuerzos de Mikael Blomkvist por denunciar en su revista casos de hondo calado social.

La interpretación de los actores, al igual que en la primera parte, excepcional me parecen grandes profesionales, no sé si serán actores subvencionados, pero si lo fueran al menos hacen bien su trabajo.

Se han repetido algunas escenas ya vistas, pero la historia nos trae un caso sobre el comercio sexual en Suecia, y dos asesinatos. En un escenario violento e inquietante, en el cual matones perversos, espías, funcionarios y fantasmas del pasado se mezclan misteriosamente, nace una intriga que engancha, muy negra, en la que aparece implicada Lisbeth.
Mikael no cree que ella sea culpable, pero teme lo que pueda ocurrirle si la encuentra alguno de los personajes que van apareciendo en escena.

Nuevos datos desgarradores sobre Lisbeth, son revelados, se entiende y se justifica que de una victima indefensa, haya pasado a ser un ángel vengador.
Arte con mayúsculas que hace la boca agua pensando en la tercera y última entrega.

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