Con la guía visual en mano, inicie el recorrido, marcando los lugares que más me interesaba visitar en principio, ya que mi estancia en la ciudad sólo sería de dos días.
Enseguida me di cuenta que el simple paseo por sus calles y plazas, era ya un placer.
Los monumentos y templos que forman el gran patrimonio monumental y cultural de Córdoba, constituyen un regalo para la vista y una alegría para el corazón.
El primer lugar visitado fue la Mezquita. Entré al “Patio de los Naranjos”, era temprano y no había muchos visitantes, todo estaba muy limpio y cuidado, aún quedaban flores de azahar y el aire matinal estaba impregnado de su perfume.
Crucé la “ Puerta de las Palmeras” y me encontré con el llamado “ Bosque de Columnas” .
Me resulta difícil describir las sensaciones que experimenté, sin exagerar puedo decir que fue emoción y admiración, algo que llena todo tu sentir, sólo hubo una parte que hizo crispar mis sentidos, aún reconociendo la belleza, la catedral me pareció una nota discordante dentro del conjunto.
Mi paseo me llevó al “ Barrio de la Judería” con muchos y agradables espacios, como
La Calleja de las Flores, en pleno centro urbano de la Córdoba antigua, donde la flora andaluza adorna las blancas fachadas de sus casas y es un regalo para la vista. En esta zona se encuentra La Sinagoga , cerca en una plazuela se yergue el monumento a Maimónides .
Algo que no esperaba encontrar …..El Museo Taurino, está emplazado en un magnifico edificio, sus patios y salas ofrecen al visitante temas del mundo taurino y especialmente de las figuras del toreo de Córdoba. Como aficionada a los toros, disfruté como una niña en una tienda de golosinas!!
El Alcázar de los Reyes Cristianos, interesantísima visita a este castillo donde encontramos el testimonio de las culturas que se asentaron en la ciudad, terminé el recorrido con un agradable paseo por sus jardines.
La Plaza de la Corredera, monumental plaza cuadrada, tiene su entrada y salida a través de los llamados Arco Alto y Arco Bajo. Un lugar donde se pueden degustar las típicas tapas cordobesas y ya puestos, probar los platos de la cocina tradicional , para ello me recomendaron el restaurante “ Puerta Sevilla” ubicado en una antigua casa con un precioso patio central repleto de flores , encantador lugar para saborear un menú degustación de la gastronomía cordobesa.
Finalicé mi visita en el Museo Julio Romero de Torres, situado en un magnifico edificio que alberga el grueso de su obra. Sentía una gran curiosidad por ver la obra del pintor que como decía la copla :” pintó la mujer morena….” Me gustó todo lo que pude ver en las distintas salas.
Con un sabor muy dulce me despedí de esta exquisita ciudad, Patrimonio de la Humanidad, llevando grabadas en la memoria las bellas imágenes de sus lugares y con la esperanza de volver a terminar el recorrido iniciado.
Enseguida me di cuenta que el simple paseo por sus calles y plazas, era ya un placer.
Los monumentos y templos que forman el gran patrimonio monumental y cultural de Córdoba, constituyen un regalo para la vista y una alegría para el corazón.
El primer lugar visitado fue la Mezquita. Entré al “Patio de los Naranjos”, era temprano y no había muchos visitantes, todo estaba muy limpio y cuidado, aún quedaban flores de azahar y el aire matinal estaba impregnado de su perfume.
Crucé la “ Puerta de las Palmeras” y me encontré con el llamado “ Bosque de Columnas” .
Me resulta difícil describir las sensaciones que experimenté, sin exagerar puedo decir que fue emoción y admiración, algo que llena todo tu sentir, sólo hubo una parte que hizo crispar mis sentidos, aún reconociendo la belleza, la catedral me pareció una nota discordante dentro del conjunto.
Mi paseo me llevó al “ Barrio de la Judería” con muchos y agradables espacios, como
La Calleja de las Flores, en pleno centro urbano de la Córdoba antigua, donde la flora andaluza adorna las blancas fachadas de sus casas y es un regalo para la vista. En esta zona se encuentra La Sinagoga , cerca en una plazuela se yergue el monumento a Maimónides .
Algo que no esperaba encontrar …..El Museo Taurino, está emplazado en un magnifico edificio, sus patios y salas ofrecen al visitante temas del mundo taurino y especialmente de las figuras del toreo de Córdoba. Como aficionada a los toros, disfruté como una niña en una tienda de golosinas!!
El Alcázar de los Reyes Cristianos, interesantísima visita a este castillo donde encontramos el testimonio de las culturas que se asentaron en la ciudad, terminé el recorrido con un agradable paseo por sus jardines.
La Plaza de la Corredera, monumental plaza cuadrada, tiene su entrada y salida a través de los llamados Arco Alto y Arco Bajo. Un lugar donde se pueden degustar las típicas tapas cordobesas y ya puestos, probar los platos de la cocina tradicional , para ello me recomendaron el restaurante “ Puerta Sevilla” ubicado en una antigua casa con un precioso patio central repleto de flores , encantador lugar para saborear un menú degustación de la gastronomía cordobesa.
Finalicé mi visita en el Museo Julio Romero de Torres, situado en un magnifico edificio que alberga el grueso de su obra. Sentía una gran curiosidad por ver la obra del pintor que como decía la copla :” pintó la mujer morena….” Me gustó todo lo que pude ver en las distintas salas.
Con un sabor muy dulce me despedí de esta exquisita ciudad, Patrimonio de la Humanidad, llevando grabadas en la memoria las bellas imágenes de sus lugares y con la esperanza de volver a terminar el recorrido iniciado.
1 comentario:
Veo que pocos rincones y monumentos de esta ciudad (donde yo nací) te quedaron por visitar.
Espero que ese sabor muy dulce que dejó Córdoba grabado en tu memoria, puedas renovarlo de vez en cuando.
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