Recorrer las calles de Valencia y admirar esas grandes obras de arte es una sorpresa y diversión muy agradables. La última en visitar fue obviamente la que había obtenido el primer premio, la falla de la plaza del Pilar enorme y espectacular , con el lema de Pantomima dedicada a algo desconocido en nuestro país, la corrupción, las grandes mentiras , el miedo a lo oculto a las guerras, ha merecido bien el premio.
Las fallas demuestran que las comisiones y los talleres hacen posible que cada año pese a los problemas que sin duda pasan, plantar sus fallas sigue siendo posible. En sus calles entregadas a la fiesta, se mezcla el olor a pólvora, a buñuelos fritos, a chocolate, a horchata , las múltiples bandas de música recorriendo la ciudad al son de la música fallera alegra los corazones y las valencianas ataviadas con sus hermosos trajes atraen las miradas de los visitantes ante tanta belleza.
Para finalizar estas fiestas, cuyo origen se remonta a la tradición de los carpinteros de la ciudad que en víspera de su patrón San José, quemaban en las calles y plazas públicas los trastos viejos e inservibles , estos monumentos que algunos superan los 200.00€ la noche de San José con la cremá son pasto del fuego y aunque las lagrimas fluyen por las mejillas de muchos valencianos , en su imaginación empiezan a formarse nuevos ninots que formaran las fallas 2016.
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