Cada vez que sus señorías, se reúnen en sesiones parlamentarias, dan muestras de estar lejos de serlo, su comportamiento no conoce la gravedad y decoro propios de personas que ocupan un cargo público al servicio de la nación. Los insultos, pataleos, broncas, griterío, como verduleras de mercadillo ( con todo mi respeto a las verduleras, ellas sí hacen su trabajo!) forman el hacer de la manada de incompetentes políticos que tenemos la desgracia de mantener.
Con el espectáculo que dan, poco ayudan a resolver la situación cada vez más preocupante de este país. Machado decía: En España, de cada diez cabezas, nueve embisten y una piensa” a la vista de lo que tenemos, en la clase política, no hay una sola cabeza que piense…..excepto para robar!!
El Sr. Rodríguez y sus ministros la imagen que transmiten, al menos yo así la percibo, de un equipo de gobierno, totalmente desorientado, asustado y sin capacidad para tomar las decisiones oportunas, aunque puedan ser contrarias a su proyecto, pero necesarias para poder salir de esta crisis. Es de pena que tuviera que ser el yankee, quien le diera el toque de atención, pero aún así , siguen titubeando con las decisiones a tomar y si echamos mano de las hemerotecas, vemos la cantidad de veces que este gobierno, ha tenido que rectificar sus propios anuncios. No se puede gobernar con titubeo y cometiendo errores, hay medidas que deben ser aplicadas independientemente de lo impopulares que sean.
Cuando se habla de la deuda , se hace referencia a la deuda pública, que según los analistas económicos ( no los del gobierno) está dentro de los valores normales, pero lo que supera y convierte el país en uno de los tres más endeudado de los países desarrollado, es su deuda total: la de las familias, ayuntamientos, autonomías, entidades bancarias y empresarios.
El gobierno, ha presentado un programa de recortes “ para ahorrar” y de impuestos para recaudar.
Pero…..buscan el crecimiento, la eficiencia del gasto? Analizan sí lo que se está gastando, se está gastando bien o mal? Sinceramente dan la sensación que no tienen ni P.I.
