PAMPLONA- IRUÑA
Posiblemente, cuando pensamos en Pamplona lo primero que nos viene a la mente es San Fermín, y no podemos negar que estas fiestas tienen mucho que decir, pero... Conocer esa ciudad pasear, por sus parques y jardines, callejear por su casco antiguo, visitar sus iglesias y murallas medievales conocer algo más de su historia y degustar su gastronomía ha sido muy placentero.
Iniciamos la visita a esta ciudad en el parque de la Taconera es el más antiguo y hermoso de los parques de la ciudad, no es un parque cerrado ni tiene horario, su acceso más señorial es el del portal de San Nicolás, situado en la calle del Bosquecillo. En la parte baja de los jardines, los fosos muestran al visitante un pequeño recinto zoológico ente murallas en el que comparten espacio patos, conejos y pavos reales. El monumento más importante que adorna el paseo central de los jardines de la Taconera es el de Julián Gayarre.
Desde La Taconera, fuimos a La Ciudadela, es una fortificación renacentista de antiguo uso militar, construida entre los siglos XVI y XVII se encuentra situada en el centro de la ciudad. Rodeándola por todas partes se encuentra el parque conocido como Vuelta del Castillo, la zona verde más grande de Pamplona, considerado el gran pulmón vegetal de la ciudad en la actualidad se mantiene gran parte de ella en pie como jardín y con actividades culturales en sus edificios. La Ciudadela fue un pentágono estrellado de cinco puntas perfecto. El interior constituye un agradable parque público solo abierto a peatones, con amplias praderas cruzadas por sendas, una plazoleta central con una fuente. Llama la atención lo cuidado de este espacio y lo bien conservado del entorno.
Paseando por sus calles llegamos a la Plaza Consistorial, en el Casco Antiguo, ahí nos encontramos con La Casa Consistorial, sede del gobierno municipal, lugar desde el que, cada 6 de julio a las 12:00 horas se lanza el chupinazo que da comienzo a las Fiestas de San Fermín .De este edificio llama la atención la fachada de estilo barroco, y su remate superior, adornado con figuras alegóricas, y un reloj en el frontón.
Cerca se encuentra la Catedral de Santa María es el monumento más emblemático de la ciudad y el que más tesoros histórico-artísticos conserva. La joya principal es el claustro. Y una de las cumbres universales del estilo gótico. Delante del presbiterio se encuentra el mausoleo del rey Carlos III, y de su esposa Leonor de Trastámara.
Siguiendo con el recorrido llegamos a La Plaza del Castillo, en el centro neurálgico de la ciudad. Escenario de los principales acontecimientos de Pamplona: corridas de toros hasta 1844, batallas, torneos, mercado, paradas militares, concentraciones políticas y populares. De esta plaza surgen muchas de las callejuelas estrechas del Casco Viejo de Pamplona. Está rodeada por casas que en su mayoría datan del siglo XVIII en las que destacan balconadas, torretas, áticos y ventanales. Alberga numerosas terrazas y cafés, algunas de ellas emblemáticas, como el Café Iruña, café este, frecuentado por el escritor Ernest Hemingway. Buena parte de la fama universal de los Sanfermines se debe a las referencias que, sobre estas fiestas, recogió en sus crónicas periodísticas conocida como "Fiesta" en el mundo hispano.
La plaza conecta el Casco Antiguo con el Segundo Ensanche es una importante zona comercial y de ocio de la ciudad, donde se encuentran gran cantidad de tiendas de todo tipo, bazares, bares de copas y restaurantes , a tener en cuenta la ruta de los pintxos , las barras de los bares están cubiertas de bandejas que ofrecen unos ingredientes de calidad y cuidadosamente seleccionados, para presentarse de forma conjunta y conformar un delicioso pintxo, todo un mosaico de colores y ricos sabores que regado con un crianza navarro, satisfará a los más exigentes sibaritas. Es, también en esta parte de la ciudad donde tiene lugar el recorrido de los encierros, a falta de una semana para el comienzo de las fiestas, ya se apreciaba en la ciudad el ambiente festivo, en algunos tramos de las calles por donde pasa el encierro, y que recorrimos ( muy tranquilamente , pero con la imagen grabada de los encierros tantas veces seguidos por televisión) desde la cuesta de Santo Domingo, la Plaza Consistorial (Plaza del Ayuntamiento) la calle Mercaderes, la calle Estafeta , el tramo de Telefónica hasta el callejón que entra a la Plaza de Toros, se estaban colocando las barreras en las calles adyacentes y en los escaparates , los colores blanco y rojo ofrecían todo lo necesario para lucir la típica vestimenta de la fiesta.
Conocido el terreno, queda volver a disfrutar de unas fiestas, que por su popularidad son las más internacionales del país
1 comentario:
Gracias, Mª Dolores, por traernos imágenes y rincones tan hermosos de esa tierra navarra. Tuve la suerte de poder estar allí, por motivos laborales, una semana, aunque más en la provincia (la recorrí toda) que en la capital, de la que sí guardo recuerdos de sus tabernas y buen vino (lo de lo sanfermines no lo vi, pero de eso no me arrepiento).
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