La austeridad, palabra esta, que ha
pasado a ser objeto directo en nuestro día a día, ha tocado también a la
celebración del día de la Hispanidad.
Ni aviones de caza, ni carros, ni la
espectacular forma de llegar la bandera española ha sido posible, sólo los
aviones de la patrulla Aguila han participado dejando la estela de los colores
de la bandera.
En la tribuna real, sólo han estado
los reyes acompañados de los príncipes, a la infanta Elena la han colocado en
la tribuna a la izquierda del Sr. Rubalcaba, la infanta Cristina con el escándalo
de la corrupción de su marido, ni siquiera han sido invitados .
El monarca con paso, tambaleante ha
pasado revista a las tropas, no olvidemos que tuvo que ser operado de la cadera
, cuando sufrió el accidente mientras estaba a la caza del elefante en África.
El público asistente al acto, al
contrario de lo que ha sucedido otros años, no ha abucheado al Sr. Rajoy cuando
ha llegado, seguramente serían todos de los que le votaron y estoicamente aguantan
carros y carretas.
Algunos presidentes de los gobiernos
periféricos no han estado presente en el acto , unos andan con campañas
electorales, otros al ser de distinto partido no se han querido molestar, en Cataluña
siguen con sus devaneos independentistas, aprovechando el día festivo en Barcelona
los ciudadanos que no están en esa
corriente, capitaneados por la Sra. Sánchez Camacho han organizado otra manifestación a
favor de la unidad, con el lema: un solo corazón que no quiere que lo partan en dos.
El desfile ha durado apenas una hora
y la recepción que han ofrecido los Reyes también ha sido más corta, aún así el
coste del evento nos ha salido por 900.000 Euros, según el ministerio mucho menos que el año
pasado que fue de 2.800.000 €.
Bien podían haber prescindido del
desfile, con un representante de cada
uno de los tres ejercito para llevar la corona al monumento y el príncipe para
izar la bandera hubiera sido suficiente y el coste aún hubiera sido menor.