Parece que la calma se está restableciendo en los aeropuertos del país y vuelven a funcionar normalmente después del caos provocado por la huelga sorpresa de los controladores, lo que obligó al gobierno a declarar el estado de alerta, algo que nunca ha sucedido durante el periodo de democracia.
No es normal que ciertas categorías de empleados, que paradójicamente a menudo son aquellos que mejores condiciones de trabajo tienen, más seguridad en sus empleos, excelentes sueldos, particulares concesiones y pensiones que pocos sectores pueden mejorar, tengan tal poder sobre sus conciudadanos.
Cómo se pueden permitir de secuestrar a miles de personas en los aeropuertos dejarles sin información, hacerles perder sus vacaciones e incluso en muchos casos sin tener en cuenta las condiciones de las personas mayores, niños y hasta personas limitadas que se encontraron bloqueadas en los aeropuertos sin poder ir a otro lugar, sin contar los gastos que pese a que se supone serán abonados, no compensaran el disgusto y la frustración de miles de viajeros.
Esta huelga salvaje ha sido simplemente escandalosa e inaceptable, y todo porque a esos chulos controladores, les van a recortar unos privilegios que tienen, muy ventajosos y que son intolerables.
Sólo espero que los expedientes abiertos, sirvan de algo y ya que esos señores no han demostrado tener un compromiso con los ciudadanos y con su trabajo, se les pueda hacer pagar con firmeza los actos de perturbación ocasionados al país.